“El padre Vílchez significa todo en mi vida”: Neyli Soto

“Como todo padre me dio educación, me enseñó muchas cosas, inclusive con su grupos gaiteros, yo nací y me crié gaitera”.

“El Padre Vílchez, padrino como yo le decía, significa todo en mi vida, porque me cuentan, no lo recuerdo, que a los seis  meses de nacida me adoptó como su hija y hasta en sus últimos días estuve en sus pensamientos y en su corazón”, dijo Neyli Soto, una joven hija de Ney Soto, Zagalin, y Liliana Acosta, que desde pequeña andaba siempre con el Padre Vílchez, aun cuando celebraba la Eucaristía, muchas veces se le veía debajo del altar a los pies de este Sacerdote.

“Mi padre perteneció a Los Zagalines del Padre Vílchez, mi tíos paternos y maternos pertenecieron a Zagalines y Zagales, y heredé esa tradición musical, y con él lo pude perfeccionar, no sólo en el ámbito gaitero sino que además en otros géneros como tropical y urbano”, acotó.

“Me gradué de TSU en el 2000 y tuve el honor de que Padrino me impusiera la medalla”, contó Neyli como uno de los grandes recuerdos que atesorará en su corazón “siempre, siempre me regañaba pero me complacía”. Como una anécdota, recordó que el padre Vílchez casi todos los días iba a media mañana a Maracaibo a comprar insumos para la Iglesia, “que si hostias, vino, o algo para el templo, siempre estaba pendiente de poner la Iglesia bonita, y siempre me traía algún detallito del centro”.

“El padre Vílchez significa todo en mi vida, le debo lo que soy y la herencia musical, lo voy a recordar y enaltecer hasta que me muera”, mencionó la joven que se siente con la responsabilidad de no dejar apagar ese legado que le deja el Socio, y se plantea hacerlo  “recordándolo, diciendo donde vaya que soy de la escuela del padre Vílchez. Fui instructora de música zuliana a través de FUNDAGRAEZ, y de esa forma puedo seguir transmitiendo esas enseñanzas que me deja”.

“Siento que en la medida de mis posibilidades pude retribuirle, todo el cariño y amor que me dio. Siento paz y tranquilidad de haberle amado en la medida que me amó”, dijo Neyli con una profunda tristeza. “Me hace mucha falta, porque a pesar de estar muy viejito y de ya no recordar muchas cosas, me sentía protegida, saber que estaba me hacía sentir completa”.

Texto: José R. Espina F.

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