Legado Musical del Padre Vílchez

Son muchas las buenas obras que  nos deja El curita de San Francisco, el Padre Vílchez, una de ella que ha transcendido las fronteras zulianas ese amor a la música en especial a la reina del folclore, la gaita zuliana.

El Socio fundó diversos conjuntos gaiteros, el primero fue el Conjunto San Francisco cuya canción Nuestra  Bandera en 1968   ha  inmortalizados a la agrupación, de la Autoría Adelmo Rincón Urdaneta y  Euro Morán, como Solista: Emiro Morán donde también participó  la recordada Altagracia Vílchez.

En 1972 Los Zagalines del Padre Vílchez salen al ruedo musical, una  agrupación conformada por niños  que no sólo cantaban sino que con gran histrionismo tocaban como los ángeles los instrumentos típicos de la gaita: maraca, furro, tambora, charrasca  y cuatro,  después que Los Zagalines se hicieran mayores el Socio, funda Los Zagales del Padre Vílchez, que eran los mismo Zagalines ahora en etapa adulta.

Años más tarde el Padre Vílchez, un hombre lleno de mucha ilusión y pasión por la música crea Las Espiguitas del Padre Vílchez, inspirado en su ahijada Neyli Soto.

“Nosotros aprendimos de lo que el Padre Vílchez le enseñó a papi y él nos ha transmitido ese amor a la música, ese compromiso, esa disciplina,  aunque a veces nos regañe, como lo hacia el Padre Vílchez”, acotó Milagros Fuenmayor, hija del maestro Pancho.

“Desde que empezó la nueva generación de Zagalines, papi me dio  la oportunidad de formar parte de ella, a pesar de ser muy niña, me di cuenta que sobre mis hombros llevaba una enorme responsabilidad porque conocía la historia de Los Zagalines. He tratado de llevar el nombre de Zagalines muy en alto, en cualquier lugar donde estoy”, expresó llena de emoción Milagritos.

Los Zagalines actualmente son dirigidos por el  Maestro Ángel Fuenmayor, Pancho,  el Padre Vílchez le dejó y confío la responsabilidad de mantener y continuar el legado de los Zagalines, que hoy día se mantiene más vigente con la Fundación Escuela de la Gaita Monseñor Luis Guillermo Vílchez, donde Angel Fuenmayor, contagia, en práctica,  toda las  enseñanzas y ese aprendizaje, a las nuevas generaciones, para continuar cosechando todos esos frutos del Padre Vílchez. Y de esta forma mantener en vivo su legado. 

Hablar de Zagales es mencionar la nueva generación de esta agrupación que se inmortalizó con el tema Canción de Bronces, un homenaje al padre Vílchez, que en el 2004 se alzó como Gaita del Año con en el Chiquinquirá de Oro, Virgilio Carruyo y Mara de Oro.

 Ese año con muy buen pie, retornaron a los escenarios Los Zagales del Padre Vílchez, lo hace bajo la dirección de Priscarlina Vílchez, quien tiene la responsabilidad de estar al frente de la agrupación Zagales del Padre Vílchez.

Aunque Prisca no tuvo la oportunidad de gaitear de joven con ninguna agrupación del Socio, vivió muy de cerca ese ambiente, por su sangre corría esa vena musical heredada su tío Luis.

 “Viví muy de cerca el crecimiento de Los Zagales que es la agrupación más contemporánea, yo  siempre sentí inclinación por la música pero fue muchos años después, porque mi papa no me dejaba y no quería que yo estuviera en ese ambiente y tío Luis tampoco me dejaba”.

Prisca, como la conocemos muchos, se siente orgullosa de su Tio Luís, de su obra, de toda su lucha al lado del Pueblo de San Francisco, y de su legado cultural, deportivo, religioso y educativo. “Ahora más que nunca me siento comprometida a seguir con esta responsabilidad de continuar con mi trabajo, con Los Zagales”

Sikiu Villalobos, docente de Profesión y gaitera de corazón, ex integrante de Las Espiguitas del Padre Vílchez, no dejó pasar por alto la oportunidad de contar sus vivencias como miembro de esta afamada agrupación gaitera.

“Cuando tenía 13 años estaba  estudiando en el Liceo del Padre, el Maestro Pancho me invitó a la audición para formar parte de Las Espiguitas como solista, hasta el día de hoy llevo esa maravillosa experiencia, la llevo como el  más valioso recuerdo, no sólo en el ámbito musical sino en el ámbito personal y profesional” comentó Villalobos.

Sikiu Villalobos explicó con una profunda tristeza pero a la vez satisfecha de esa influencia que dejó el Padre Vílchez en su vida,  a tal punto que escoge como profesión la docencia para transmitir esos valores que recibió de su maestro. “Aprendí mucho del Padre: valores, mucha experiencia y en el ámbito profesional siempre admiré a mis maestros, quienes fueron también sus alumnos: el Maestro Pancho, la maestra Xiomara Quiroz y me fui moldeando en esa rama de la educación, hoy en día soy educadora y considero que esta noble profesión se la debo al padre Vílchez”. 

El padre Vílchez influyó con evidencia en Sikiu, es educadora, y hay un lazo que los une, ya que se casó con unos de sus sobrinos, Orlando Vílchez del cual nacieron sus retoños Orlando y Mía, “mantener su legado será una tarea que vamos a tener cada unos de los que hemos pasados por las manos del Padre Vílchez, viviendo y amando como él lo hizo, manteniendo eso valores que el Padre Vílchez nos inculcó”.

Texto: José R. Espina F.

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